sábado, 15 de julio de 2017

Conceptos generales sobre la enfermedad de Chagas

Conceptos generales sobre la enfermedad de Chagas.

Existen extensas regiones de América Latina donde la salud de sus pobladores se ve amenazada por un grave peligro: la enfermedad de Chagas. Este mal fue descubierto en 1909 por el ilustre investigador brasileño Carlos Chagas, en momentos que efectuaba investigaciones sobre la malaria en el estado de Minas Geraes (Brasil).

Se trata de una parasitosis causada por la presencia en el organismo humano de un protozoario flagelado, el Tripanosoma cruzi, también conocido vulgarmente con el nombre de Tripanosoma Americano. Este parásito tiene un ciclo evolutivo que se desarrolla en un insecto, el cual puede transmitir dicho parásito al hombre y a ciertos animales domésticos y salvajes, los cuales constituyen verdaderos "reservorios" de esta enfermedad, permitiendo la continuidad del ciclo de transmisión.

Esta enfermedad es transmitida por insectos de la familia Reduvidae y que, según la región geográfica, puede tratarse del Triatoma infestans en Argentina, Paraguay, Bolivia, sur del Brasil y de Perú, oeste de Chile; del Triatoma dimidiata en el norte de Perú, Ecuador, Colombia y América Central; del Pastrongylus megistus en el centro de Brasil; del Rhodnius prolixus en Venezuela y Colombia y de otros triatomas de distribución más limitada.




Modo de transmisión.

Estos insectos se encuentran con mayor frecuencia en todas las casas de construcción precaria o incompleta. Por esto es más común encontrarlos en zonas rurales o en barrios pobres de las grandes ciudades, donde las viviendas favorecen su reproducción y les prestan un refugio ideal para subsistir. Es frecuente también encontrarlos sobre las paredes durante el día y, especialmente, durante la noche, cuando los triatomas salen de sus refugios para alimentarse con sangre humana o de animales de sangre caliente. Es por esta razón hematófago desde que nace y a través de todas las etapas de su desarrollo.

Los triatomas originariamente no están infectados con el Tripanosoma cruzi, que es un parásito unicelular microscópico que origina la enfermedad de Chagas. Los triatomas se infectan cuando chupan sangre de una persona o de un animal ya infectados. Cuando un triatoma infectado pica a una persona sana, inicia el mecanismo de contagio de la siguiente forma: al llenarse de sangre, defeca, dejando sobre la piel, junto con la deyección, gran cantidad de tripanosomas. Si la persona se rasca, se producen microescoriaciones por las que entran los tripanosomas generando la infección.




Cuadro clínico.

Los síntomas clínicos que presenta esta enfermedad dependen del grado de evolución que la infección ha alcanzado en el organismo humano. Así se reconocen tres períodos evolutivos, ellos son: período agudo, período de latencia y período crónico.

El período agudo se presenta pocos días después del paso del insecto al hombre y los síntomas pueden ser específicos, o bien generales, cuyas características principales son: inflamación de los párpados superior e inferior de un sólo ojo (edema palpebral), adquiriendo el párpado una tonalidad morada, por lo cuál se lo conoce vulgarmente con el nombre de "ojo en compota". Simultáneamente a este síntoma hay una intensa inflamación ganglionar correspondiente al párpado afectado, lo cual se denomina reacción ganglionar satélite. Tanto el edema palpebral como la afectación del ganglio regional se denomina, en conjunto, complejo oftalmoganglionar de Romaña y significa que el parásito ha ingresado por vía ocular. Cuando el ingreso del tripanosoma se presenta en cualquier punto de la piel se produce una lesión denominada chagoma de inoculación. Los síntomas generales son múltiples y pueden citarse: cefalea, cansancio, fiebre, malestar general, diarrea, vómitos, somnolencia, escalofríos, inflamación ganglionar, taquicardia, etc.

El período de latencia se caracteriza por la ausencia de todo síntoma clínico y la enfermedad sólo puede ponerse en evidencia mediante exámenes de laboratorio. Muchas personas permanecen en este período evolutivo durante toda su vida, sin manifestaciones clínicas.

Finalmente el llamado período crónico, se presenta 10 a 20 años después de la introducción del parásito en el organismo, y la afección clínica más importante es la cardiopatía chagásica. Esta se manifiesta por palpitaciones, dolores en la zona cardíaca y, en muchos casos, paro cardíaco. En algunas regiones muy endémicas los síntomas crónicos pueden también manifestarse por cuadros neuromusculares, digestivos, endocrinos, etc.

Fuente: Pest Nota Nº 2, agosto/ 1992, ICI Argentina S.A.

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