La pulga es un molesto insecto de distribución cosmopolita. Habitualmente es un parásito externo de los animales domésticos, a los que causa innumerables problemas dermatológicos. Estos inconvenientes ocupan no menos del 35 % del esfuerzo veterinario y representa el 50 % de las consultas dermatológicas en perros y gatos.Los humanos convivientes de estos animales, suelen sufrir también picaduras. Si bien se suele detectar en el pelaje de los animales, vive mayormente en el medio ambiente: ropa de cama, sillones o mantas por donde rondan los animales domésticos, alfombras, moquette, hendiduras del parquet, bajo muebles, césped, escombros, matas de plantas en el jardín, etc. Sus requerimientos ambientales son bastante elásticos: 75 a 85 % de humedad relativa ambiente, altura snm de 1.500 m cómo máximo y una temperatura ambiente promedio entre 18 y 27ºC. Sin embargo, la pulga es muy rústica y puede vivir hasta un año en condiciones desfavorables.
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Ciclo de vida de la pulga.
La pulga adulta pone de 3 a 20 huevos por vez. Con buenas condiciones de temperatura (20-26ºC) y alto porcentaje de humedad, esta cifra puede aumentar. Luego de 1 a 2 semanas, eclosionan las larvas, las que durante unos 7 meses como máximo, pasan por diferentes estadíos. Finalizada esta etapa, se transforman en pupas, permaneciendo un tiempo variable como tal, que puede durar hasta 1 año. Por último, se tranforman en adultos, con una vida promedio de 6-9 meses, dependiendo de la cercanía del huésped específico. Vive mayormente en el ambiente, requiriendo de sólo 20 minutos diarios para alimentarse con la sangre del animal.
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Problemas dermatológicos.
Una vez instalada en el cuerpo del animal, el proceso se inicia con una irritación permanente e intensa, debido a las picaduras. Hay prurito, depilación intencional por mordisqueo, lastimaduras y, a veces, automutilación. También se observan infecciones y dermatitis alérgicas debido a que la saliva es muy antigénica. Además las pulgas son huéspedes intermediarios del Dipylidium caninum (tenia), por lo que es frecuente observar animales con pulgas parasitados con tenias. Finalmente el problema no termina en los animales ya que la pulga ataca y pica también a los humanos, produciendo una característica hilera de ronchas muy pruriginosas.
Metodología para el control de las pulgas.
Para combatir la pulga es preciso duplicar esfuerzos: por un lado se combate la plaga en el ambiente y por otro, se debe tratar a los animales afectados.
El tratamiento del animal deberá ser supervisado por el veterinario. Consiste básicamente en bañar a los animales con un buen jabón o champú, que además de ser pulguicida, puede ser garrapaticida, antiseborreico, antiséptico, etc. Los tratamientos posteriores siempre se harán con el animal seco. De esta forma pueden aplicarse sprays, espumas, talcos o preparados pour-on. Pueden usarse collares también. Debe controlarse al perro con regularidad, dado que puede contagiarse con facilidad en plazas o en la calle.
Simultáneamente deberá tratarse el ambiente, la casa (interior y exterior), ya que es allí donde la pulga pasa el 80 % de su vida. De esta forma se rompe el ciclo reproductivo. Primeramente se limpiará a fondo la casa, por dentro y por fuera, aspirando concienzudamente los pisos y alfombras, cortando el césped y eliminando restos de escombros. Luego se pulverizará con productos de buen poder de volteo y aceptable poder residual, dentro de muebles, maderas hasta 50 cm de altura, bajo los muebles y a lo largo de los zócalos y en todo lugar de difícil acceso. Luego de esto, no se debe aspirar la casa ni lavar patios por 15 días. En caso de lluvia, debe repetirse la pulverización por el lavado de droga activa. Luego se debe repetir el tratamiento de la misma manera por dos o tres oportunidades, dado que los huevos son resistentes a los insecticidas y deben controlarse las sucesivas eclosiones.
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