Los grandes avances científicos y tecnológicos de nuestra era han contribuído al bienestar social de la humanidad en múltiples aspectos. No obstante, la aplicación de estos avances no siempre ha ido pareja al progreso cualitativo del grado de civilización de la sociedad, pues con mucha frecuencia asistimos a atentados ecológicos de distinta índole y magnitud que podrían ser evitados.
Cada uno de nosotros, en nuestro vivir cotidiano y en el desempeño de nuestras tareas profesionales, tiene la obligación de preservar el ambiente para nuestro propio disfrute y para el de las generaciones futuras.
Conciente del relevante potencial modificador del entorno natural del planeta que tiene la Ingeniería, recientemente la Federación Mundial de Organizaciones de Ingenieros (FMOI) ha hecho público un código de ética ambiental destinado a sus miembros, que ha sido elaborado por su Comité de Ingeniería y Ambiente. Este código preceptivo consta de siete puntos en los cuales se invita a todos los ingenieros a:
1) Poner toda su capacidad, coraje, entusiasmo y dedicación para obtener resultados técnicos óptimos, contribuyendo a promover y lograr un entorno sano y agradable para todos los hombres, ya sea en espacios abiertos como en el interior de los edificios.
2) Esforzarse por alcanzar los objetivos beneficiosos de su trabajo con el menor consumo posible de materias primas y energía y con la menor producción de residuos o de cualquier clase de contaminación.
3) Discutir las consecuencias de sus propuestas y acciones, directas o indirectas, inmediatas o a largo plazo, sobre la salud humana, la equidad social y los sistemas de valores locales.
4) Estudiar cuidadosamente el ambiente que será afectado, evaluar los efectos o daños que puedan sobrevenir en la estructura, dinámica y estética de los ecosistemas involucrados, urbanizados o naturales, incluído el entorno socioeconómico, y seleccionar la mejor alternativa para contribuir a un desarrollo ambientalmente sano y sostenible.
5) Promover un claro entendimiento de las acciones requeridas para restaurar y, si es posible, mejorar el ambiente que pueda ser perturbado, e incluirlas en sus propuestas.
6) Rechazar toda clase de encomiendas de trbajos que impliquen daños injustos para el entorno humano y la naturaleza, y negociar la mejor solución social y políticamente posible.
7) Tener en cuenta que los principios de interdependencia, diversidad, mantenimiento, recuperación de recursos e interrelación armónica de los ecosistemas forman las bases de la continuidad de nuestra existencia, y que cada una de esas bases posee un límite que no debe ser violado.
Fuente: Boletín de la Oficina Sanitaria Panamericana (OPS); año 66, Vol. 103, Nº4, p. 418. Washington DC (EUA). Octubre/ 1987.
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