El mejor de los equipos pulverizadores agrícolas es incapaz de realizar un buen trabajo si no está equipado con picos pulverizadores de calidad reconocida. El trabajo eficiente de los picos define el caudal, tamaño de los impactos y número de gotas para un efectivo resultado biológico.
Recomendaciones.
Para mantener altos niveles de calidad en las aplicaciones, las pastillas deben poseer una perfecta terminación en el canal y en los labios del orificio. También se requiere de una aceptable vida útil, manteniendo lo más inalterable posible su forma original.
El chorro, por su parte, debe ser perfectamente homogéneo y simétrico. Los caudales deben responder a las especificaciones técnicas originales de fábrica.
El desgaste de los picos es uno de los factores más importantes a considerar, ya que inciden directamente sobre el caudal aplicado, variando la dosis inicialmente prevista y creando potenciales peligros al cultivo y al medio ambiente, sin olvidar el importante costo económico adicional que significan las sobredosis.
Verificaciones.
Es necesario verificar que las desviaciones en el caudal de todas las pastillas en el botalón, no sean mayores (en más o en menos) del 10 % respecto del promedio.
Durante la época de pulverización es conveniente verificar el caudal de los picos cada 20 horas de trabajo, aproximadamente. Nunca debe efectuarse la limpieza con un alambre u objeto agresivo. Hay que hacerlo con un cepillo de cerda dura o con el paso de aire comprimido. Por razones sanitarias, nunca hay que soplar o llevar cerca de la boca los picos, para su limpieza.
El pico pulverizador debe ser indefectiblemente cambiado cuando su caudal original, para el que fue diseñado, se incrementa en un 15 %.
El tamaño de las gotas que forman el chorro a la salida del pico, constituye uno de los aspectos más importantes en la calidad de la pulverización.
Fuente: Basado en un trabajo del Lic. Olden Larraqueta, INTA Castelar; Clarín Rural, 01 de agosto/ 1987.
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